Descubre cómo comer de manera consciente para adquirir nuevos hábitos de alimentación. ¡Escucha a tu cuerpo y descubre qué necesita!
En el año 1013 pesaba más o menos 80 kilos, vivía en Capilla del Monte, la mayoría de mis amigos, mantenía una alimentación cruda, vegetariana o vegana. Yo, en cambio, comía lo que me pasara por el frente. Me decían que me amara, que comiera sano, que aplicara el higienismo, yo, negada rotundamente hasta que un día me hicieron un chequeo con tester de todos mis órganos y salió que mi hígado estaba inflamado y con inicios de síndrome graso.
Me alarmé tanto que se activó en mí un chip de consciencia, fue impactante, un antes y un después, con mucha consciencia y hasta tristeza por haberme maltratado tanto acidificando mi cuerpo y fue allí donde inició mi camino en esta alimentación, sana y nutritiva, dejando de lado la cháchara mental antigua del buen comer o comer lo que me habían enseñado a comer.
Asistí a muchos cursos de alimentación consciente y viva donde fui aprendiendo todo lo referente a este tema crudívoro.
Inicié con 3 días depurativos ingiriendo solo jugo de naranja, de ahí en adelante comencé mi ruta con la alimentación viva. Me hice el primer lavado colónico.
En el año 2014 fui a la India y mi alimentación se mantenía. Estudié Meditación & Pranayama, realicé un curso de masaje ayurvédico y me hicieron un tratamiento de 21 días de estos masajes. Me sentía genial, energizada, muy liviana, fresca y radiante. Caminaba y practicaba la contemplación. Fue una experiencia maravillosa. Tengo muchas fotos en mi facebook de este viaje.
De la India fui a Venezuela, mi país de origen y al mes me fui a Villa de las Rosas en Argentina a un centro depurativo, expertos en desintoxicación (Néstor Palmetti) donde además de otra limpieza colónica, hice limpieza de hígado, esto duró 10 días y de ahí me fui a San Rafael de Mendoza donde una amiga que deseaba realizar estos cambios en su vida y me invitó muy gentilmente a pasar 2 meses en su casa para aprender a través de la práctica de esta alimentación.
Dos meses después fui a La Paz en Bolivia manteniendo esta alimentación, la cual me hacía sentir VIVA. En la Paz me debilité por lo de la altura, (3.640 mt) lo cual no estaba acostumbrada y no lo pude resistir. Cada día me sentía peor por lo que decidí ir a Chile, ya que mi hijo menor, Gustavo Andrés, estaba ahí hacía un mes y me dijo que le gustaba, que fuera y probara que tal me sentía.
Llegué a Santiago de Chile donde una maravillosa familia, que sin conocer personalmente, me ofrecieron estadía por el tiempo que quisiera, y, ahí continúe con mi alimentación, enseñandoles lo que sabía y ellos estaban fascinados pues eran vegetarianos. Mi camino siguió en Santiago de Chile, en el 2015 regresé a Venezuela por el accidente de mi hijo Ricardo Andrés, y regresé a Chile por un llamado interno, que nadie entendió, pero yo sentía que tenía que regresar.
A mi regreso a Santiago, entré a trabajar en un restaurant, para poder mantenerme, y ahí poco a poco fui dejando la alimentación sana/cruda y retomé nuevamente la comida tradicional.
En el año 2017 me olvidé de todo lo aprendido y comí desbocadamente todo y de todo (azúcar, dulces, pan, harina, frituras y pare de contar) Poco a poco, casi sin darme cuenta fui subiendo de peso hasta llegar a 88 kg. Me veía en el espejo y no podía ver cómo me estaba engordando. Seguía comiendo alimentando la ansiedad que apareció sigilosamente. Cada día me sentía peor, me dolían los pies, los talones, la cadera, la espalda… Ya no podía casi ni subir las escaleras. Hasta que el malestar me ganó y me dije: Magda, para!
Preparé un viaje para Capilla del Monte, donde me había iniciado con la alimentación consciente, para retomar nuevamente el camino de la Salud a través de esta alimentación, sana y consciente.
Y aquí voy, poco a poco, poniendo en práctica lo aprendido años atrás para recobrar mi salud perfecta.
Agradezco a todos y cada una de los seres que han estado, están y estarán en mi vida y a los que aportan sus conocimientos para continuar en este camino, que solo me trajo y dejó cosas maravillosas recobrando la salud, la vitalidad y energizandome cada día más y más.
Cabe destacar que todos podemos caer, pero poder levantarnos es lo importante, es la clave.
Gracias
Bendiciones de Luz y Amor
Magdalena Grimaldi